Comisiones Obreras - Hacemos CCOO | 28 de marzo de 2024

Interramas: Organizar la espontaneidad

    22/03/2016.
    Julián Ariza

    Julián Ariza

    En el marco de la exposición “Inter-ramas. 50 años de las Comisiones Obreras de Madrid” tuvo lugar el pasado 17 de marzo un homenaje a aquellas personas que crearon las Comisiones Obreras, “aquellos hombres y mujeres que decidieron organizarse en un comisión interramas en Madrid, un modelo que se fue extendiendo y que sentó las bases en 1964 para diez años después crear la Unión Sindical de Madrid Región”, tal como expresó Manuel Fernández Albano, secretario de Comunicación de CCOO de Madrid y conductor del evento.

    Visita la exposición en el Centro Abogados de Atocha, calle Sebastián Herrera, 14 Madrid

    Albano, que invitó a visitar la exposición, “no sólo para conocer la historia de CCOO, sino todo lo que lleva implícita”, calificó a aquellos iniciadores de CCOO como “personas valientes, constantes y tenaces en los objetivos que se habían marcado”.

    Por su parte, el secretario general de CCOO de Madrid, Jaime Cedrún, quiso mostrar públicamente el reconocimiento “a esas personas que fueron capaces de organizar el movimiento obrero”. Además criticó que se haya callado la historia del nacimiento de las Comisiones Obreras y el contexto en el que esto se produjo, por lo que abogó por recuperar y retomar nuestra memoria.

    Cedrún recordó que los derechos no han sido otorgados sino conquistados, “por eso hay que cuidarlos y mantenerlos. Los derechos no se heredan, se conquistan y se defienden”, proclamó. Respecto a las Comisiones Obreras destacó que “somos un sindicato unitario y eso es lo que nos da la fuerza” y alabó la pluralidad de una organización que es “clase obrera pura y dura”, que nació independiente de partidos políticos gracias a comunistas, cristianos progresistas independientes, algún falangista disidente…, un sindicato que por estar descentralizado, realiza un trabajo “directo y rápido”; un sindicato que aunque recuerde su historia mira siempre al futuro adaptándose, cambiando al ritmo de la sociedad.

    Inteligencia y coraje

    Juan Moreno, segundo secretario de CCOO de Madrid y autor del catálogo de la exposición, presentó brevemente a Julián Ariza, Salce Elvira, Nati Camacho y Nicolás Sartorius, fundadores de CCOO y creadores de la interramas. Moreno, sí quiso resaltar la relevancia “no suficientemente valorada de las Comisiones Obreras de Madrid para la organización en todo el estado”.

    Julián Ariza se mostró muy crítico con aquellos que tienen interés en invalidar la Transición para convertirse ellos en protagonistas. En este sentido, se refirió a esa expresión actual que anima a “romper el candado a la Constitución de 1978”, cuando “el auténtico candado era el franquismo y la Constitución simboliza la ruptura del candado de la dictadura”, explicó el veterano sindicalista.

    Parafraseando a Winston Churchill, Ariza explicó que la Constitución costó “sangre, sudor y lágrimas y Comisiones Obreras jugamos un papel fundamental gracias al coraje y la inteligencia”. La gran aportación e inteligencia del sindicato fue darse cuenta de “exclusivamente con octavillas clandestinas no se llegaba muy lejos, de ahí la inteligencia de negociar”.

    Pero la inteligencia también fue aprovechar resquicios del franquismo, como el intento de lavado de cara del régimen. En este sentido recordó Ariza con cierta retranca cómo en aquellos inicios CCOO se presentó, infiltrada, a las elecciones sindicales de 1963, y cómo el ministro de Trabajo franquista, Solis Ruiz, lanzó el eslogan “vota al mejor” y, “los trabajadores nos votaron. Luego, allá por 1965 tuvimos reuniones con abogados nuestros y Ruiz Giménez y dimos un nuevo impulso y ganamos las elecciones de 1966. No pensábamos ser un sindicato y ganamos unas elecciones sindicales.”

    Firmeza de principios, flexibilidad de formas

    Nati Camacho realizó un recorrido por las Comisiones Obreras Juveniles, de las que fue responsable, hasta que tras un periodo de “cierta radicalización, los mayores nos llamaron al orden”, en clara alusión a un Nicolás Sartorius que en aquellos tiempos no tenía ni 30 años. Fue a raíz de aquella radicalización cuando Sartorius le preguntó a Nati: “¿en el textil no existen las Comisiones Obreras?”, a lo que ella respondió negativamente. Entonces, él la espetó: “Pues a dirigir el textil”. Aquello sucedió hacia finales de 1971 y los más jóvenes del sindicato pasaron a dirigir el sindicato en empresas, en barrios, en la sociedad.

    Años antes, comenzó la actividad de Nati Camacho que rememoró cómo Marcelino le dijo que las Comisiones Obreras eran “lícitas pero no legales” y que lo importante era “la firmeza en los principios y la flexibilidad en las formas”. Fue en 1966 cuando Nati Camacho comenzó su labor de coordinación entre la juventud y la Inter, “un lugar al que sabías que ibas pero no sabías si volvías. Un lugar en el que había gente muy organizada que sabía de todo”.

    Nati hizó un breve recorrido por las detenciones y sanciones que padeció, aunque reconoció que su verdadera sensación de represión no llegó hasta 1970, con el Proceso de Burgos. Asimismo recordó a las mujeres que más la impresionaron: “las madres, hermanas, esposas de los compañeros de las Comisiones Obreras”.

    Lo esencial: la asamblea en el centro de trabajo

    Salce Elvira insistió en la pluralidad, la independencia y el sentimiento unitario de CCOO y destacó la debilidad que padecían las Comisiones Obreras en 1972 “a causa de las detenciones, los despidos y el miedo”. Todo ello, en un tiempo en que en Madrid surgían barrios nuevos y fábricas muy grandes con trabajadores poco formados.

    Explicó Elvira que el sindicato utilizaba mecanismos legales, como la concurrencia a las elecciones sindicales en condiciones muy duras, con una UGT que propugnaba la abstención y un Sindicato Vertical intentando que desaparecieran las personas de CCOO. Sobre los mecanismos ilegales, puso como ejemplo las reuniones en las casas, los despachos las iglesias, los GOES (Grupos de Obreros de Estudios Sociales).

    Asimismo recordó Salce Elvira el trabajo de militancia, cómo se contactaba con los trabajadores de polígonos “de tú a tú” y, lo esencial: “la asamblea en los centros de trabajo. Ahí se nos quería, se nos oía y se nos hacía caso y de ellas emanaban reivindicaciones laborales y también políticas y sociales”. La veterana sindicalista concluyó recordando el 28 de abril de 1977, día en que se legalizaron las Comisiones Obreras, “una legalización que logramos, que no nos regalaron”.

    Espíritu, garra, flexibilidad, combatividad, movimiento sociopolítico…

    Nicolás Sartorius comenzó alabando lo que considera “el gran acierto de Comisiones Obreras”, esto es, “que todo nacía de una manera bastante natural”. La Inter surge precisamente al comenzar a organizar aquella espontaneidad con dos pilares: el Convenio y las elecciones sindicales. Sartorius recordó las “enormes movilizaciones coordinadas por la Inter” en abril de 1966 y cómo en medio de aquellas movilizaciones, el ministro de Gobernación, Camilo Alonso Vega, espetó: “yo arreglo esto deteniendo a los coroneles”, algo que le costó…, pero que finalmente hizo, como recordó Sartorius entre risas.

    En este escenario era en el que los fundadores del sindicato viajaban por toda España, “no tanto para crear las Comisiones Obreras como para extenderlas, en un momento en que todo el mundo reconocía que Madrid jugaba un poco el papel de dirección nacional”.

    Para Sartorius es muy importante el sentido de liderazgo ejercido por la Inter inspirando movimientos de todo tipo: agrarios, entre jóvenes, en barrios, entre estudiantes…, “movimientos que fueron decisivos para acabar con la dictadura”. Tras corroborar las palabras de Julián Ariza sobre la Transición negó que Franco muriera e ipso facto llegara la democracia: “en seis meses, Comisiones Obreras le rompió la catenaria al Régimen, a Arias Navarro, con impresionantes movilizaciones, con huelgas como la del Metro que se militarizó…”

    En esos seis meses hubo un intento muy serio de continuar con la dictadura y para evitarlo fue fundamental el movimiento obrero liderado por Comisiones Obreras. Un liderazgo que se consiguió porque “éramos muy poco sectarios”, porque se discutía todo, porque no valía el “esto se hace así y punto”, sino el “punto y coma”, que decía Marcelino Camacho.

    El veterano luchador se refirió a la legalización de las Comisiones Obreras que se fraguó en un garaje de El Viso, “en la única reunión clandestina a la que acudió un ministro”. El ministro era De la Mata Gorostizaga que intentó convencer a los representantes de CCOO para que tuvieran paciencia, “pero fuimos nosotros quienes le convencimos a él”, rememoró Sartorius, para quien el sindicato tiene que recuperar características de aquel tiempo: espíritu, garra, flexibilidad, combatividad, movimiento sociopolítico…

    Proyectar el sindicato al futuro

    El evento fue cerrado por Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO que denunció la “amnesia colectiva de este país, fundamentalmente en lo relacionado con el movimiento obrero”, por lo que reclamó un esfuerzo para recuperar la memoria: “ni revisar, ni nostalgia, proyectar el sindicato al futuro”, un sindicato que posee unas raíces sólidas y bien asentadas.