Comisiones Obreras - Hacemos CCOO | 21 de noviembre de 2024

Blog de Luca Caballero

Combatir la desmemoria

    El debate que quiere impulsar CCOO, con motivo de su contribución a las conquistas democráticas, tiene mucho que ver con la voluntad de enfrentar el presente y el futuro, huyendo de la sinrazón y la desmemoria.

    20/04/2016.

    De abril de 2016 a junio de 2017, CCOO protagonizará una campaña de reivindicación del sindicato, coincidiendo con el 40 aniversario de importantes eventos de su historia: la Asamblea de Barcelona (julio de 1976), los asesinatos de Atocha (enero de 1977) y la legalización de CCOO (abril de 1977). No son los únicos acontecimientos relacionados con la construcción de CCOO. En todos los territorios y sectores tuvieron lugar hechos de gran trascendencia para explicar lo que hoy somos. Formarán parte de este proceso. El broche a la reivindicación del hacer de CCOO, lo pondrá el 11º Congreso Confederal que se celebrará en junio de 2017. Ahora que la banalización de la actividad pública ha sustituido a la propuesta social y política, CCOO quiere sobreponerse a la actualidad del espectáculo y ganar el futuro reivindicando pasado y presente.

    Somos lo que fuimos. Lo hemos repetido muchas veces. Una afirmación que debe crecer a golpe de renovación e imaginación, pero que no puede ceder ante el populismo y la impostura. Es verdad que nadie tiene garantizada su existencia con arrebatos de nostalgia y mitomanía. No menos verdad es que, con frecuencia, el recurso de la historia ha servido para justificar acciones miserables contra el pensamiento y la acción de la humanidad. Acostumbra a ocurrir a las formaciones y personas que olvidaron hacer y se dedican a deshacer. Pero en CCOO la historia es presente. Y como toda organización viva, nuestro presente no está exento de dificultades y errores, como tampoco de realidades y reconocimientos democráticos. El último, el más incontestable: el que empieza con la acción del sindicato en la empresa y acaba en una urna: las elecciones sindicales, que hemos vuelto a ganar con mayor autoridad y contundencia si cabe. El segundo sindicato nos mira de lejos. A casi nueve mil delegadas y delegados de distancia.

    El 19 de abril, el profesor de la Universidad de Barcelona, Félix Ovejero, escribió en El País un artículo de opinión titulado ¿Hacia una izquierda reaccionaria?, en el que advertía contra aquellos que cada año nos recomiendan la refundación de la izquierda, “una refundación que por lo visto consiste en defender exactamente lo contrario de lo que defendía aquel magnífico panfleto (el Manifiesto Comunista)”. Seguramente, en la defensa de sus ideas no falte la deriva retórica que toda provocación dialéctica implica. Sin embargo, va siendo hora de vencer los miedos y asomar la cabeza por encima de este gran espectáculo que, al alimón, parecen perseguir los nuevos aparatos mediáticos y la llamada nueva política. Porque en esta guerra de comunicación y propaganda casi siempre pierden la política y las ideas. Urge seducir al votante, aunque uno deba renunciar a la razón para cultivar la demagogia y el disparate.

    En buena medida, el debate que quiere impulsar CCOO con motivo de su contribución a las conquistas democráticas tiene mucho que ver con la voluntad de enfrentar el presente y el futuro, huyendo de la sinrazón y la desmemoria, analizando los orígenes del movimiento obrero, la república o la lucha contra el franquismo, el papel de las comisiones obreras en la transición democrática, o renovando el sindicato para actuar en el siglo XXI, siempre con el objetivo de que el trabajo vuelva a ocupar el centro de la sociedad. No vamos a revisar la historia, ni siquiera la más reciente, para entrar por el pórtico de la banalidad. Aspiramos a defender con coraje y talento a las trabajadoras y trabajadores, como un sindicato abierto, plural y moderno, que lo es y lo será porque nunca cayó en la desmemoria.